Nos encontramos en plena temporada de caza y una de las funciones con mayor relevancia y a la que posiblemente más tiempo se dedica por parte del Cuerpo de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha, es el control de la actividad cinegética de la región, velando porque esta actividad se desarrolle de forma segura y con respeto al Medio Ambiente y a otros usuarios del mismo.
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Control rutinario de documentación |
Nuestra Comunidad Autónoma continúa siendo un referente a nivel nacional para la práctica de la caza, tanto por la abundancia de especies cazables, como por la gran extensión de terrenos cinegéticos que posee, lo cual la convierte en una de las comunidades con mayor número de cazadores por unidad de superficie. Si analizamos a detalle este dato, podríamos deducir fácilmente que, siendo la Comunidad donde más se practica la caza en cada una de sus variantes, debería situarse igualmente a la vanguardia en cuanto a la prestación de servicios de policía, custodia y vigilancia que garanticen el aprovechamiento sostenible y ordenado tal cual exige la Ley 2/1993, de 15 de julio de Caza de Castilla-La Mancha a través de su articulado. Sin embargo, nos encontramos con que el dato relativo a la parte policial es inversamente proporcional, siendo Castilla-La Mancha la Comunidad Autónoma con menos Agentes Medioambientales por unidad de superficie, 470 en la actualidad para realizar su labor en nada menos que 79.409 km².
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Artes ilegales decomisadas, en este caso ballestas y un cepo |
Entre las funciones más destacables que los Agentes llevan a cabo en lo que a la materia cinegética se refiere, se encuentra el control de la documentación preceptiva para practicar cada modalidad (licencia, permiso de armas, seguro…), velar por el respeto a las zonas de seguridad legalmente establecidas (carreteras, caminos, cursos de agua…garantizando así la seguridad de otros usuarios del medio natural y la de los propios cazadores), inspección de taxidermias, lucha contra el furtivismo o persecución de los delitos contra la fauna silvestre, principalmente el uso de métodos masivos y no selectivos que causan gran mortandad de especies protegidas. Son también labores inherentes al Cuerpo de Agentes Medioambientales el control de los animales empleados para la caza con galgo, perdiz con reclamo, cetrería o caza del conejo con hurón, entre otros, que deberán contar con su documentación específica en función de la especie de que se trate.
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Situación peligrosa de dos cazadores doblando puesto |
Todas y cada una de estas funciones deberían ejercerse mediante la prestación de servicios en pareja para llevar a cabo el control rutinario de documentación, inspección de morrales y registro de vehículos en aras a garantizar el cumplimiento de la normativa, cuyo principal beneficio recae en los propios cazadores que practican esta actividad de forma acorde a lo que establece la Ley. Sin embargo la realidad es bien distinta. El reducido número de efectivos complica excesivamente la consecución de este fin, hasta el punto de que se han reducido de forma drástica los servicios dedicados al control cinegético y más aun los destinados a la erradicación del furtivismo, habiéndose suprimido la prestación de servicios nocturnos pese a la existencia de una corriente popular entre los propios titulares cinegéticos de la necesidad de prestación de este tipo de servicios, al tratarse de una franja horaria en la que el monte carece de vigilancia.
En opinión de la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha se deberían reforzar y aumentar este tipo de servicios, ya que influyen directamente en la Seguridad Ciudadana al ser la caza una práctica que conlleva el uso de armas en la mayor parte de las modalidades y que frecuentemente se desarrolla en sinergia con actividades que puedan estar llevando a cabo otros colectivos como pueden ser ciclistas, senderistas, recolectores de setas…produciéndose lamentablemente año tras año accidentes, en algunas ocasiones con un trágico desenlace.
Un alto índice de peligrosidad para la ciudadanía conlleva también el uso de métodos masivos y no selectivos como el empleo de sustancias venenosas o el uso de cepos que a día de hoy se siguen empleando. Indudablemente se trata de delitos tipificados en el Código Penal que ostentan especial relevancia, más aun en el primer caso por el riesgo implícito para la salud pública que conlleva su uso, al emplearse sustancias que en simple contacto con la piel pueden causar la muerte de una persona, ni que decir tiene de un niño.
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Agente Medioambiental de la UNIVE, especialistas en investigación de delitos contra la fauna
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Hoy hemos tenido conocimiento de que la reciente muerte de uno de los ejemplares de lince ibérico puesto en libertad este mismo año en la provincia de Ciudad Real fue causada por su atrapamiento en un lazo colocado para el control de predadores, cuyo hallazgo y levantamiento de cadáver fue realizado por Agentes Medioambientales. Ante esto nos preguntamos si este tipo de casos no se pueden al menos reducir, primero con un mayor control administrativo sobre el tipo y cantidad de métodos de captura a autorizar y en segundo lugar un reforzamiento de la labor inspectora que los agentes llevan a cabo.
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Agente Medioambiental retirando un lazo ilegal por carecer de dispositivo de freno |
Por lo anteriormente expuesto, desde APAM-CLM se insta a la Consejería de Agricultura a impulsar la policía, custodia y vigilancia de estas actividades, primeramente dotando al Cuerpo de Agentes Medioambientales de medios materiales y personales adecuados para la realización de servicios de forma segura y posteriormente mediante el establecimiento de protocolos de trabajo, de los que a día de hoy se adolece.
Como de costumbre, desde la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha hacemos un llamamiento para la colaboración ciudadana, solicitando nuestra presencia a través del teléfono 112 cuando se detecten este tipo de conductas infractoras. La protección del Medio Ambiente es labor de todos.