APAM-CLM ACOMPAÑA AL EQUIPO DE ENCASTILLALAMANCHA.ES EN SU VISITA A LAS BARRANCAS

Impresionantes las fotografías tomadas en este paraje inigualable

Después de ver las fotografías de este reportaje no piensen que nos encontramos muy cerca del lejano Oeste, porque seguro que se van a equivocar. Aunque alguno todavía se sorprenda, no es así. No, no… Como aperitivo, les contaremos que están catalogadas por los expertos, que son los agentes medoambientales de Castilla-La Mancha (a la postre, quienes vigilan que todo continúe en su sitio cada día), como una formación geológica única en España debido a lo que han provocado, y da igual el orden, la erosión eólica o desgaste del terreno debido a la acción del viento, el agua de la lluvia y el propio río Tajo. El río que siempre nos lleva…
Cañones, escarpes y no sé cuántas maravillas geológicas más que constituyen el grueso de Las Barrancas de Castrejón y Calaña. En su parte más desconocida, por inaccesible al encontrarse dentro de una finca privada y a la que no puede acceder cualquiera que lo desee, entraron hace unos días una fotógrafa y un redactor de encastillalamancha.es. Y el resultado es el que pueden ver, reitero, en esas magníficas imágenes que nos muestran un paisaje inédito prácticamente hasta ahora…
Por ejemplo, para que se den cuenta de la importancia del terreno que pisamos, la zona está considerada como la joya de la corona de Castilla-La Mancha en materia de conservación de ardeidas. O, lo que es lo mismo, en garza imperial, garza real, garcilla bueyera y martinete. Sin olvidar que es una zona de campeo del águila imperial ibérica y del águila perdicera.
217,07 hectáreas de terreno abrupto, escarpado, abismal (por aquello de que el abismo se queda durante todo el viaje a nuestros pies) e inimaginable que se encuentre, he aquí la cuestión, a apenas 25 kilómetros de la ciudad de Toledo y repartidas por las localidades de La Puebla de Montalbán, Burujón y Albarreal de Tajo.
Para perder el sentido…
LOS 120 METROS DE CAÍDA LIBRE, AUTÉNTICOS DESNIVELES EN PLAN SALVAJE
Con auténticos desniveles, en plan salvaje, que en algunos lados pueden llegar a los 120 metros de caída libre (vean la imagen de un toro que se había precipitado al vacío horas antes), una manada de toros, procedentes de la ganadería que habita en la propia finca, que están en su propia casa (nosotros somos los «intrusos») e incluso, para que no se nos olvide de dónde venimos y hacia dónde vamos, los restos de una atalaya árabe, situada en lo más alto del terreno y de la que aún queda el habitáculo que se utilizaba como aljibe (depósito para guardar el agua potable)…
Ahí está, impertérrita, guardando el terreno, cuidado las especies, sin nadie que la intimide…
Unos kilómetros más allá, el embalse de Castrejón, entre La Puebla de Montalbán, Polán y Burujón. Con Las Barrancas siempre como testigo impenitente. Desde 1968 hasta nuestros días… Meandros, escarpadas orillas, arenisca, terrenos pantanosos…
Y para finalizar, tres búnkeres, dos de ellos de pequeñas dimensiones y un tercero considerable, que se conservan desde la Guerra Civil y que nos llevan a la época de los nacionales y los republicanos. Utilizados por los primeros, su estado de conservación continúa siendo óptimo. Recogidos en carta arqueológica, nos recuerdan quiénes somos. El paso del tiempo…
El mismo tiempo que ha provocado esta maravilla natural que se conoce como Las Barrancas, y que a estas alturas seguro que no dudan que es un Monumento Natural, y que no, desde luego que no, no están en el lejano Oeste…