Sancionados dos cotos de caza de Guadalajara por envenenar animales

Se trata de un coto de Medranda y otro de Castilblanco de Henares.
El envenenamiento acabó con más de veinte animales, entre ellos algunos protegidos y que tenían aparatos de seguimiento gracias a los que fueron localizados.

Dentro de un expediente sancionador que ha elaborado la Consejería de Agricultura, se ha procedido a una sanción de 25.000 euros y la prohibición de cazar durante dos años a un coto de caza de la localidad de Medranda, en el norte de Guadalajara. Esta sanción procede de la colocación de cebos envenenados que provocaron la muerte de más de veinte animales hace dos años en una zona declarada Lugar de Interés Comunitaria (LIC), entre ellos algunos ejemplares de especies en peligro como el águila de Bonelli o el buitre leonado.
Hace unos meses, en una finca de caza colindante a esta pero en el término municipal de Castilblanco de Henares, el propietario de otro coto fue sancionado de la misma manera por usar venenos de igual manera, siendo en este caso colocados cebos envenenados en los agujeros de los zorros y en las bocas de madrigueras, una utilización del veneno que suele ser clásica de los cazadores (se hace para matar a los depredadores de sus presas).
De esta sanción ha informado el Programa Antídoto, una ONG creada hace quince años para luchar contra la colocación de cebos envenenados en la fauna salvaje. Para proceder a la sanción ha sido clave la labor de los Agentes Medioambientales, que son quienes en la práctica se han encargado de vigilar la operación de retirada de los cuerpos, de los cebos envenenados y quienes se encargarán ahora de que se cumpla la sanción que tienen impuesta los dos cotos.
Precisamente para conocer el caso ha sido muy importante que uno de los animales envenenados y que se encontraron muertos era un águila de Bonelli y llevaba un rastreador en su pata para conocer sus movimientos. Era uno de los animales que estaba dentro de uno de los programas LIFE de la Unión Europea de recuperación de especies protegidas (concretamente el programa LIFE+Bonelli). El Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), una asociación perteneciente al  Programa Antídoto, fue quien dio la voz de alarma ante la desaparición de ese ejemplar de águila.
Entre las partes que se han presentado contra estos dos cotos están asociaciones ecologistas como WWF España, que declaraban que esperaban que cayera la máxima sanción posible para los propietarios de los cotos (que son los sancionados) a la vez que se lamentaban de que especialmente en Castilla-La Mancha sea tan difícil que se multe a los propietarios de cotos que hacen estas prácticas «por desidia de la Consejería de Agricultura». De hecho los propietarios sancionados lo han sido por no informar de animales muertos en su propiedad en el caso de Medranda, y por no aplicar en el coto las medidas necesarias para quitar los cebos envenenados en el caso de Castilblanco.
El veneno usado era basado en carbofurano, un plaguicida muy tóxico cuya comercialización como fitosanitario está prohibida en la Unión Europea. Por otro lado el proceso judicial por la vía penal contra los causantes del envenenamiento sigue abierta a la vez que la Fiscalía mantiene abiertas las diligencias.

Enlace noticia: http://www.eldiario.es/clm/Multados-cotos-Guadalajara-envenenar-animales_0_369913883.html


AGENTES MEDIOAMBIENTALES, POLICÍA DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA

Nos encontramos en plena temporada de caza y una de las funciones con mayor relevancia y a la que posiblemente más tiempo se dedica por parte del  Cuerpo de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha, es el control de la actividad cinegética de la región, velando porque esta actividad se desarrolle de forma segura y con respeto al Medio Ambiente y a otros usuarios del mismo.

Control rutinario de documentación

 Nuestra Comunidad Autónoma continúa siendo un referente a nivel nacional para la práctica de la caza, tanto por la abundancia de especies cazables, como por la gran extensión de terrenos cinegéticos que posee, lo cual la convierte en una de las comunidades con  mayor número de cazadores por unidad de superficie. Si analizamos a detalle este dato, podríamos deducir fácilmente que, siendo la Comunidad donde más se practica la caza en cada una de sus variantes, debería situarse igualmente a la vanguardia en cuanto a la prestación de servicios de policía, custodia y vigilancia que garanticen el aprovechamiento sostenible y ordenado tal cual exige la Ley 2/1993, de 15 de julio de Caza de Castilla-La Mancha a través de su articulado. Sin embargo, nos encontramos con que el dato relativo a la parte policial es inversamente proporcional, siendo Castilla-La Mancha la Comunidad Autónoma con menos Agentes Medioambientales por unidad de superficie, 470 en la actualidad para realizar su labor en nada menos que 79.409 km².

Artes ilegales decomisadas, en este caso ballestas y un cepo 
Entre las funciones más destacables que los Agentes llevan a cabo en lo que a la materia cinegética se refiere, se encuentra el control de la documentación preceptiva para practicar cada modalidad (licencia, permiso de armas, seguro…), velar por el respeto a las zonas de seguridad legalmente establecidas (carreteras, caminos, cursos de agua…garantizando así la seguridad de otros usuarios del medio natural y la de los propios cazadores), inspección de taxidermias, lucha contra el furtivismo o persecución de los delitos contra la fauna silvestre, principalmente el uso de métodos masivos y no selectivos que causan gran mortandad de especies protegidas. Son también labores inherentes al Cuerpo de Agentes Medioambientales el control de los animales empleados para la caza con galgo, perdiz con reclamo, cetrería o caza del conejo con hurón, entre otros, que deberán contar con su documentación específica en función de la especie de que se trate.
Situación peligrosa de dos cazadores doblando puesto


Todas y cada una de estas funciones deberían ejercerse mediante la prestación de servicios en pareja para llevar a cabo el control rutinario de documentación, inspección de morrales y registro de vehículos en aras a garantizar el cumplimiento de la normativa, cuyo principal beneficio recae en los propios cazadores que practican esta actividad de forma acorde a lo que establece la Ley. Sin embargo la realidad es bien distinta. El reducido número de efectivos complica excesivamente la consecución de este fin, hasta el punto de que se han reducido de forma drástica los servicios dedicados al control cinegético y más aun los destinados a la erradicación del furtivismo, habiéndose suprimido la prestación de servicios nocturnos pese a la existencia de una corriente popular entre los propios titulares cinegéticos de la necesidad de prestación de este tipo de servicios, al tratarse de una franja horaria en la que el monte carece de vigilancia.
En opinión de la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha  se deberían reforzar y aumentar este tipo de servicios, ya que influyen directamente en la Seguridad Ciudadana  al ser la caza una práctica que conlleva el uso de armas en la mayor parte de las modalidades y que frecuentemente se desarrolla en sinergia con actividades que puedan estar llevando a cabo otros colectivos como pueden ser ciclistas, senderistas, recolectores de setas…produciéndose lamentablemente año tras año accidentes, en algunas ocasiones con un trágico desenlace.
Un alto índice de peligrosidad para la ciudadanía conlleva también el uso de métodos masivos y no selectivos como el empleo de sustancias venenosas o el uso de cepos que a día de hoy se siguen empleando. Indudablemente se trata de delitos tipificados en el Código Penal que ostentan especial relevancia, más aun en el primer caso por el riesgo implícito para la salud pública que conlleva su uso, al emplearse sustancias que en simple contacto con la piel pueden causar la muerte de una persona, ni que decir tiene de un niño.

Agente Medioambiental de la UNIVE, especialistas en investigación de delitos contra la fauna

Hoy hemos tenido conocimiento de que la reciente muerte de uno de los ejemplares de lince ibérico puesto en libertad este mismo año en la provincia de Ciudad Real fue causada por su atrapamiento en un lazo colocado para el control de predadores, cuyo hallazgo y levantamiento de cadáver fue realizado por Agentes Medioambientales. Ante esto nos preguntamos si este tipo de casos no se pueden al menos reducir, primero con un mayor control administrativo sobre el tipo y cantidad de métodos de captura a autorizar y en segundo lugar un reforzamiento de la labor inspectora que los agentes llevan a cabo.

Agente Medioambiental retirando un lazo ilegal por carecer de dispositivo de freno
Por lo anteriormente expuesto, desde APAM-CLM se insta a la Consejería de Agricultura a impulsar la policía, custodia y vigilancia de estas actividades, primeramente dotando al Cuerpo de Agentes Medioambientales de medios materiales y personales adecuados para la realización de servicios de forma segura y posteriormente mediante el establecimiento de protocolos de trabajo, de los que a día de hoy se adolece.
Como de costumbre, desde la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha hacemos un llamamiento para la colaboración ciudadana, solicitando nuestra presencia a través del teléfono 112 cuando se detecten este tipo de conductas infractoras. La protección del Medio Ambiente es labor de todos.

Unidad Canina del Cuerpo de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha

Están exclusivamente entrenados para detectar presencia de veneno en el campo. Llegan al extremo de no aceptar comida de ningún tipo con la dificultad que esto supone para cualquier animal. Están preparados para batir el campo, olfatear y, ante cualquier sospecha, sentarse, tumbarse o ladrar junto al cebo envenenado o la presencia de algún cadáver envenenado que se encuentre en el monte. Incluso aunque estén enterrados a cierta distancia de la superficie.


Se trata de la Unidad Canina de los Agentes Medioambientales, de las pioneras en el país, que c
omenzó su andadura en 2007 en Albacete, a través del Cuerpo de Agentes Medioambientales de la región, aunque su ámbito de actuación comprende toda Castilla-La Mancha. Debido a las exigencias que lleva implícitas el proceso de adiestramiento de los animales, el trabajo de esta Unidad no se materializó hasta el pasado 2008 que se creó tras observar la alta mortandad de especies que se producían en el medio natural.
Su objetivo no es otro que detectar la presencia de cebos y animales envenenados en el campo. Unas prácticas delictivas prohibidas en la Ley de Conservación de la Naturaleza de Castilla-La Mancha y en el Código Penal, pero que se siguen realizando, supuestamente, para el control de «alimañas», si bien la ingesta de los cebos envenenados puede acabar con la vida de cualquier animal.
 

Prácticamente el cien por cien de los cebos envenenados se encuentran en cotos de caza y son colocados con el fin de acabar con zorros y otros depredadores. Para ello se impregnan pequeños trozos de carne principalmente con organofosforados y carbamatos,dos de los pesticidas más tóxicos y peligrosos que hay en el mercado.

La Unidad Canina está formada por nueve perros, dos Agentes Medioambientales y un personal laboral.  

Ante el hallazgo de algún cadaver de fauna o cebo envenenado en el campo, requerir la presencia de los Agentes Medioambientales a tavés del 112 o en la oficina más cercana.  ¡No lo toques!

La Unidad Canina de la Junta lucha contra el uso de cebos envenenados en el campo

Están exclusivamente entrenados para detectar presencia de veneno en el campo. Llegan al extremo de no aceptar comida de ningún tipo con la dificultad que esto supone para cualquier animal. Están preparados para batir el campo, olfatear y, ante cualquier sospecha, sentarse, tumbarse o ladrar junto a la presunta arma homicida o presencia de algún cadáver que se encuentre en el monte.
Se trata de la Unidad Canina de la Consejería de Agricultura, un servicio gestionado por cuatro Agentes Medioambientales que se creó hace ocho años a nivel regional, tras observar la alta mortandad de especies que se producían en el medio natural.
                                                            
Su objetivo no es otro que detectar la presencia de cebos y animales envenenados en el campo. Unas prácticas prohibidas en el Código Penal y en la Ley de Conservación de la Naturaleza de Castilla-La Mancha, pero que se siguen realizando, supuestamente, para el control de «alimañas», si bien su ingesta puede acabar con la vida de cualquier animal aunque esté protegido o en peligro de extinción.
El pasado año, esta Unidad Canina abrió en Albacete 19 protocolos, una cantidad «muy elevada» en opinión de Francisco Serrano, Coordinador Provincial de los Agentes medioambientales y responsable de esta Unidad Canina, quien no obstante asegura que el uso de estas trampas tóxicas «va a menos» aunque «los perros siguen detectando presencia de veneno en el campo cuando lo ideal sería llegar a cota cero».
Su tarea es batir y rastrear el medio natural de Castilla-La Mancha, principalmente cotos y vías pecuarias hasta donde acuden bien por un aviso, bien por protocolo. El pasado año, esta Unidad  Canina, con sus correspondientes adiestradores, inspeccionó 58 cotos y tres vías pecuarias -la gran mayoría ubicados en la provincia de Albacete-, donde localizaron presuntamente 89 cebos envenenados y 26 animales que supuestamente habían ingerido comida impregnada con productos tóxicos. Según Francisco Serrano, prácticamente el cien por cien de los cebos envenenados se encuentran en cotos de caza y son colocados, presuntamente, por sus dueños o guardas, que se encargan de impregnar pequeños trozos de carne principalmente con carbofurano o aldicarb, dos de los pesticidas más tóxicos y peligrosos que hay en el mercado.



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