Agentes Medioambientales rescatan dos perros en una balsa de riego en Albacete
La mañana del día 10 de noviembre, Agentes Medioambientales de la Junta de Castilla-La Mancha pertenecientes a la Demarcación Territorial de Almansa encontraron en una balsa de riego del término municipal de Caudete a dos perros de gran tamaño. A primera vista los agentes pudieron comprobar que uno de los perros se encontraba dentro de la cubeta de almacenamiento de agua, en la orilla de la misma y sobre la lona impermeable que la cubre. Debido a que la balsa se encuentra a media capacidad de llenado, dedujeron que al can le era imposible moverse más allá de la orilla, estando en casi permanente contacto con el agua en todo momento. El otro animal que le acompañaba se encontraba en la parte de arriba, dentro de la parcela cercada en el borde del vaso de almacenamiento de la balsa, donde había vegetación natural pero imposibilidad de llegar hasta el agua. Al tratarse de una parcela cercada, los agentes fueron a buscar inmediatamente al encargado de la finca agrícola y responsable de dicha balsa de riego, el cuál les acompañó al lugar y les indicó una entrada a la parcela.
Una vez en el interior los agentes comprobaron que los animales podrían llevar allí varios días ya que presentaban un avanzado estado de inanición. El perro situado dentro de la parcela y fuera de la cubeta de almacenamiento de agua se encontraba muy debil y los agentes comprobaron su docilidad y su estado; era el otro animal el que presentaba un problema, puesto que para llegar hasta él había que bajar hasta la orilla unos tres metros. Una vez avisadas a las autoridades locales del municipio para que mandaran a los servicios de recogida de animales con posible material para poder rescatar al animal, los agentes proporcionaron algo de comida al perro que tenían a su alcance. Como la espera parecía que podía hacerse larga, los agentes pidieron colaboración al encargado de la finca, proporcionándoles una cuerda, de la que uno de los agentes se ancló por la cintura y con la ayuda de su compañero y el encargado pudo llegar a la altura del animal.
Una vez a su lado ,el agente con mucha cautela se acercó al animal y comprobó que se encontraba abatido por el cansancio. Se observaba en todas las paredes de la balsa las marcas de intento de subida del animal, así como marcas en el fondo de la orilla donde debió de estar nadando durante, al parecer, días, por lo que tenía las pezuñas destrozadas y ensangrentadas. La primera reacción del perro al ver a su rescatador fue como la de cualquier ser humano podría tener, queriendo afianzarse sobre el agente para poder salir de aquel lugar; en su estado de debilidad resbaló y volvió a caer al agua, teniendo problemas incluso para poder mantenerse a flote y llegar de nuevo a la orilla. Fué en ese preciso instante cuando el agente se percató de las ganas de vivir del animal y de que lo sacaran de ese sitio y estiró sus brazos para cogerlo, subiendo por las paredes de la balsa rápidamente con la ayuda de los rescatadores arriba ubicados.